Lo único que le pido a un libro es que me inspire energía y valor.
Que me diga que hay más vida de la que puedo abarcar.
Que me recuerde la urgencia de actuar.
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Solo encuentro momentos verdaderamente felices en la soledad.
Mi soledad es mi palacio. Ahí tengo mi silla, mi mesa y mi cama, mi viento y mi sol.
Cuando estoy sentada fuera de mi soledad estoy sentada en el exilio, estoy sentada en un país engañoso.
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Porque sueño, yo no lo estoy
Porque sueño, yo no estoy loco
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"El domador de versos cree que las imágenes y las palabras deben quemarse en las cenizas de los versos para renacer en la imaginación de los hombres..."
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Porque sueño, yo no lo estoy
Porque sueño, sueño,
Porque me abandono por las noches a mis sueños, antes de que me deje el día.
Porque no amo,
porque me asusta amar,
ya no sueño,
ya no soy.
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A tí; la dama. La audaz melancolía, que con grito solitario hiendes mis carnes ofreciéndolas al tedio.
Tú; que atormentas mis noches cuando no se que camino de mi vida tomar, te he pagado cien veces mi deuda.
De las brasas del ensueño solo me quedan las cenizas de una sombra de la mentira que tú misma me habías obligado a oír. La blanca plenitud no era como el viejo interludio y sí una morena de finos tobillos que me clavó la pena de un pecho punzante en el que creí y que no me dejo más que el remordimiento de haber visto nacer la luz sobre mi soledad.
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E iré a descansar,
con la cabeza entre dos palabras
al valle de los avasallados.