jueves

tres y treinta

Hay un perro en el patio que aúlla porque se siente solo. 
Me ha despertado y ahora los dos nos sentimos solos. 

- ¡Qué placer sería tener derecho a echarte de menos! -

miércoles

Problemas de Geografía Personal

Nunca sé despedirme de tí, siempre me quedo
con el frío de alguna palabra que no he dicho,
con un malentendido que temer,
ese hueco de torpe inexistencia
que a veces, gota a gota, se convierte
en desesperación. 


Nunca se despedirme de tí, porque no soy
el viajero que cruza por la gente,
el que va de aeropuerto en aeropuerto
o el que mira los coches, en dirección contraria,
corriendo a la ciudad
en la que acabas de quedarte. 


Nunca sé despedirme, porque soy
un ciego que tantea por el túnel
de tu mano y tus labios cuando dicen adiós,
un ciego que tropieza con los malentendidos
y con esas palabras
que no saben pronunciar. 


Extrañado de amor,
nunca puedo alejarme de todo lo que eres.
En un hueco de torpe inexistencia,
me voy de mí
camino a la nada.


Luís García Montero

miércoles

Estos días

Estos días mi cabeza se ha desconectado varias veces y ha estado al tiempo más viva que nunca.
De repente me he notado despertar en una terraza, relajada tomando un helado, o en un comedor descansando del espectáculo telediario que nos ahoga a base de bullicio; el de aquí o el de más allá. Debatir sobre la continua pugna de los instintos, libres de la sociedad y de las barreras auto construidas, y los canales pautados que la misma sociedad nos proporciona para definirnos de un plumazo y sentir que nos controla y nos entiende, como si de una camiseta se tratara; yo soy ... , tu eres ... , él y ella son ... , nosotros somos ..., vosotras sois ..., ellos son ...
Muy felices momentos últimamente en esa comisura del agua; cuando el agua aún es orilla y todo es futuro y posible. 
Ahora vivo en esa barca, surcando ese río, con esa dulce posibilidad en los labios; ambas orillas me aguardan, atracar mis pies en cualquier playa y no sentirme forastera de nadie.
Cuando acabe este mes en el que casi todos mis amores se han ido ya, este mes caluroso y extranjero, seré de nuevas trabajadora por cuenta ajena. (Hasta la fecha, siempre fui yo la que contaba pero, ahora por primera vez cuenta, primordialmente por necesidad, el dinero).

Estos días he sido más. He sido confianza y he sido mejora. Estos días he avanzado y me he vencido como se vence una inercia.
A sorbos voy viéndome cada vez más definida en el espejo y voy acertando más mis gozos y mis fobias.

Estos días en los que tu mente arrastra a tu cuerpo y, a todas luces, tu alma camina y avanza. 

Espero que lo entiendan


Cuando era pequeña, estaba en el pueblo con mis abuelos agotando el verano y vino un vecinito a pasar la tarde. Mi abuela, para contenernos mientras ella tricotaba, nos propuso hacer un dibujo de la huerta. Minutos después, con el dibujo aún fresco en la mano y segura de que los lazos sanguíneos me darían una ventaja inapelable, le pregunté con arrogancia a mi abuela cual de los dos dibujos le gustaba más; el del vecino o el mío. Mi abuela ipso facto dijo que el de Nacho: el vecino, ya que había rellenado el dibujo con todos los trazos en la misma dirección, minuciosamente, mientras que yo había corrido en exceso, visualizando ya la humillación de mi rival y mi palmadita en la espalda, descuidando el objetivo que era, por un lado, el gozo del proceso y por otro la mejor elaboración posible del dibujo, dejando trazos en todas direcciones y fragmentos del papel mal rellenados.
Tengo pocos recuerdos tan grabados como ese. Nunca más volví a descuidarme así, nunca más, si pude hacer algo al respecto, volví a trocar el supuesto placer del aplauso inmerecido por el duradero poso de la constancia y el orgullo del esfuerzo.
No pretendo ser paladín de nada pero cuando alguien alaba mi trabajo, algo que yo hago, no sé que responder. Siento que en un trabajo bien hecho habita el mayor de los egoísmos y la mayor de las generosidades. Diría un: - Espérate a mañana que intentaré hacerlo aún mejor - o un sincero -gracias-. No es falsa modestia, no quiero quedar bien, no busco que se insista en lo que se ha dicho, no pretendo desmentirlo, son opiniones y como tales, duran lo que dura la brizna de aire que las trasmite.
Creo que hago las cosas como las hago porque soy como soy (eso es lo que debería hacer y hace casi todo el mundo, sin atender a los intereses que arrastra la sociedad), y eso, no deja de carecer de mérito, pues hay poca elección consciente en nuestros impulsos y en los rumbos que tomamos; apenas una opción entre opciones que se nos presentan o un menos duro entre los caminos empedrados que debemos atravesar. Robert Louis Stevenson dijo una vez: "Ser lo que somos y convertirnos en lo que somos capaces de ser es la unica finalidad de la vida".
Si elegir o ser tuviera mérito, déjenlo pasar y no se desvíen. Somos lo que somos y disfrutar es celebrarlo. No confío igual en el somos lo que somos y alabar es celebrarlo. Creo que hay mucho de perjudicial en la alabanza vacía aunque entiendo que tu propia exigencia siempre debe bailar con las exigencias de los otros sin que las inseguridades salgan a la pista.
Prefiero antes que la alabanza el cariño, abstracto e imperfecto, intemporal, bello, intransferible. Sin límites ni caducidad a razón de logros o cuotas. Cuando das un beso o un abrazo no hay manera de devolverlo, es un surco en el tiempo. Las palabras dulces, son solo polvo sobre la tierra seca.
Prefiero la crítica; con su rumbo, su recorrido y su futuro frente a la estática de lo perfecto, lo alcanzado y lo premiado.
Prefiero el abrazo frente al aplauso.
Si eso se percibe como que no disfruto, como que no me dejo llevar, como que veo negro donde hay colores, disculpen, disfruto muchísimo y agradezco sobremanera la compañía pero ustedes hubieran hecho lo mismo si sus abuelas no hubieran elegido sus dibujos.

el gran tute

el gran tute
y la vida al desnudo