viernes

ophelie

Un suspiro difuminado.
Se agotó la última energía
de este día intermitente,
climático, 
de café y sucesos.

Acabar del todo; dormir.
Dormir la pena y dejarme.
Pues nunca se debieron poner trabas:
cuando la vida negó al ciudadano
las opiniones que la razón pretendía.

martes

hoy: neurótica

Y siguen pasando los días, escandalosamente. Y parece que no me desprendo de esa sensación incómoda de ir siempre avanzando con el ojo en el espejo retrovisor. Avanzando pero sin llegar a donde quiero, .... Muchas tareas y propósitos pendientes se acumulan, pero al final del día solo tengo tiempo para algo suave. Algo muy sencillo.

Hoy me atormento pensando en todo lo que me falta. El "echar de menos" que es tan agradecido y a la vez tan demoledor. No pretendo asustar a nadie. Solo soy fiel transcriptora de lo que voy sintiendo.

Además, me recorre un pensamiento incómodo de sentirme baladí. De no ser suficiente. Lo hablaba con alguien hoy. Cuando estás, como yo estos últimos meses, en una posición incómoda en la vida,...por trabajo, por metas, por logros, por familia, etc. Solo los amigos, los cariños, se responsabilizan de curar todas esas pupas diarias y en el momento en que esos cariños no funcionan bien, no aciertas, no te aropan suficiente, llegas tarde, no ves el mensaje a tiempo, no entiendes al otro, no te sientes cómodo,...la montaña se desmorona hasta quedar en una planicie desierta que verdaderamente, es lo que sería todo, si uno mirara la realidad actual, sin ese filtro de comprensión, sin esa calma que dá la empatía de los tuyos y su apoyo.

Lo mejor de la semana, junto con el sábado tarde y noche, es que seguimos estando cerca ...

miércoles

la mort d'ophelie




y descansar ...
el descubrimiento de la semana
las dudas, las ilusiones,
los motivos,
los cariños y los rechazos, 
esta tarde tan austera y primorosa de hogar 
su voz 
el piano 
la noche

más flojito cecilia
z z z 

la sensible

A veces, se produce una pérdida. 
Hace unos minutos hablábamos de una amiga que se iba para defenderse de una realidad que la minusvaloraba. Y con ella, que se vá, nuestro cariño queda como suspendido; como si a una pareja que va de paseo, de repente, los cuelgas de los hombros. Ellos quieren seguir caminando, mueven las piernas acompasadamente, pero han perdido ese sendero bajo sus pies.
Yo, cuando ella contaba lo de su amiga, me acordaba de tí y de mi. Me paraste antes de llegar a la calle La Palma y me dijiste, fundidas en un abrazo y cuando menos lo esperaba, que yo era muy especial, que era alguien muy especial y que debía creer en ello. Lo dijiste y lo creiste. Yo lo creí en tus ojos y no pude parar de llorar, por dentro y por fuera, en varios días. Aún al recordarlo ...
Ahora, tú y yo, paseamos colgadas de los hombros, sin avanzar. Seguimos estando muy cerca, dadas de la mano, nos queremos pero no tenemos camino.

Esto me ha hecho pensar en lo que valoramos como bueno y como malo. En esencia, este llanto del amigo que se va, es un llanto por la injusticia de una decisión tomada a empujones, por una masa imberbe de políticuchos y ciudadanuchos que, maleducadamente, están lanzando el talento y la valentía fuera de nuestras fronteras. Pero, ese llanto de amiga que se va, está cimentado en un cariño, tan certero, real y auténtico, que siempre merecerá una sonrisa como poco desmedida. 
Trataré de explicarme...
Encontrar a un amigo. Encontrar a alguien a quien entender y que te entienda. Ir elaborando ese espacio común donde poder sentirse. Eso es muy parecido, al menos a mi juicio, a un instante de plena felicidad. Ese momento en que todo se relaja y ya no piensas antes de nada. 
Venía pensando, en suma, que un verdadero drama se esconde en lo que, con cierto frikismo por mis últimos estudios, he venido a denominar " la sensible". 

Una persona que vas conociendo, vas asumiendo y entendiendo, valorando, queriendo,...tu afecto hacia ella va subiendo a medida que compartes y vas viendo sus razones, sus maneras, vas comprendíendole cada vez con más profundidad, vas disfrutando sus detalles, no entiendes como los demás no ven tanta belleza cotidiana que tu ves o como la ven y reprimen, mejor que tú, sus impulsos. Siempre a cierta distancia, como si te enfundaras el traje de ornitólogo y te parapetases en alguna caseta camuflada. Llega un momento en que,(a veces pasa) sin saber muy bien cómo, te enamoras.
Estas muy cerca de esa persona, apenas medio tono, pero vuestra relación necesita del otro para resolverse. Llega un momento en que tú sola no puedes sonar, pues generas una tensión que solo ella resuelve. Ahí no hay una verdadera amistad, no hay una armonía, hay una dependencia. Igual comprendes tanto o más que una amiga, igual quieres tanto o más que una amiga, pero no eres una amiga, no hay ese espacio común, ese sosiego en el que ambas sonáis.

En fin, casos en los que te quedas tan cerca de ser feliz, que solo el hecho de poder paladearlo se convierte en la mayor de las tristezas.
Cuando "fuiste" con alguien en algún momento,...y sentiste esa calma, pensemos que simplemente debes esperar a que os bajen de nuevo, a que posen esa amistad amablemente sobre un nuevo paseo, y la conversación vuelva a fluir y todo ese cariño vuelva a vuestros brazos y a vuestras almas. 
(Disculpen, que ando ordinariamente melosa. Igual hasta pegajosilla)
  

martes

Nunca seré aquella que soñaste


No seré jamás lo que soñaste que sería,
no podré atender tus pequeños caprichos si ando entre fogones,
no siempre complaceré tus gustos en la cama,
me enfadaré, seguramente, si abandonas algún firme propósito en la estación del cansancio.

No podré estar cerca cuando el día te aseste una puñalada,

no pretendas que hable correctamente y en voz baja,
seguro que olvidaré más de un cumpleaños.
Apenas recuerdo el nombre de mis amigos.

No te compraré jamás el corazón a base de promesas,

no me maquillaré mientras estés de visita por mi mente,
tampoco puedo asegurarte que salgamos favorecidas en las fotos del verano.
No inclinaré la cabeza al recoger mis desperfectos.

No soy nada del otro mundo,
(quiero que lo sepas antes de que las expectativas nos destruyan).
No he recorrido uno y mil mares a lomos de mi libertad,
no he pensado sobre todo aquello
y, muy de vez en cuando, no sé qué decir.

No te prometo vestir adecuadamente ni pasar desapercibida,
nunca seré suficientemente madura en el momento oportuno,
no creo que haya un único modo de hacer las cosas,
vivo siempre con la familia a cuestas y ya no frecuento la indiferencia.

Nunca pararé hasta hacerte saber lo que me pasa,
no iré del lado de la seguridad con lo que siento,
no haré caso de las señales y procuraré dominar mis brotes de acritud,
no iré más allá de lo que construyamos.

Nunca fingiré necesitarte,

no hablaré de ti a las visitas,
tampoco ofreceré tregua a nuestros miedos,
ni seré mejor si no me acompañas.

No diré entre dientes que me gusta lo que haces,

no te felicitaré por cortesía,
nunca haré sugerencias estéticas innecesarias
ni reservaré la vajilla a los invitados.

Nunca arrojaré sobre el tablero la tan codiciada disputa,

no te prometo siquiera estar en forma,
no te aseguro seguirte la corriente.
No tiemblo cuando te miro.

Habrá veces que no lea entre tus lineas,
habrá días que me pase de optimismo,
habrá ratos que resulte insoportable;
pero siempre pensaré en un camino de mejora.

No corrijas cada una de mis indefiniciones,

no me pidas que haga por ti nada cruel o irresponsable,
no me frenes si por fin me decido a seducirte,
nunca esperes más de lo que sea imprescindible.

No diseñes nuestro futuro a base de postales,

no rechaces ni uno solo de mis abrazos,
no me vendas un camino incuestionable,
no enloquezcas si este viaje acaba en despedida.

...


Ahora,
Tienes tiempo para pensarlo, 
pues lo nuestro
no tiene facturas pendientes ni responde a los otoños.

Ahora,
me alimento de todo lo que dejas en el aire
de cada paso fugaz, de cada encuentro.
Mientras reuno el valor o los motivos.
Mientras hallamos la manera o el fracaso. 



madriz 3.0

Febrero en la Quinta de los Molinos, cuando florecen los almendros y ese parque, de por sí bonito, adorna por unas semanas su arena de rosa y blanco. 


el gran tute

el gran tute
y la vida al desnudo