miércoles

justo 150

Mejor no tener memoria ni conciencia para no soportar la carga que nos deja lo vivido. Ese pesado equipaje de devenires nos acompaña a todos lados. De esto era muy consciente el chico con la maleta pegada a la cabeza.

La mirada en búsqueda y el pelo en huelga. Vaqueros y camiseta de neutro parecer sobre un cuerpo desdichado por vertical y anexo a una pequeña troller cargada de libros.

Llevaba cercano a las sienes la fatigosa vida del mundo, todos los momentos tristes vividos y soñados, las risas y la esperanza, escritos y padecidos por todos y cada uno de los seres de aquí y de cualquier lado imaginable. Más que una maleta aquello era un tesoro. Aquel bello suplicio respondía ante la llamada del curioso o el dubitante, solo ante estos seres las alas de la maleta se abrían y cambiaban de residencia posados en otro chico. Libre.

lunes

pesare galery


gran tute


segunda ciudad escondida

No es feliz la vida en Raissa. Por las calles la gente camina torciéndose las manos, impreca a los niños que lloran, se apoya en los parapetos del río con las sienes entre los puños, por la mañana despierta de un mal sueño y empieza otro. En los talleres donde a cada rato alguien se machaca los dedos con el martillo o se pincha con la aguja, o en las columnas de números torcidas de los negociantes y los banqueros, o delante de las filas de vasos sobre el estaño de las tabernas, menos mal que las cabezas agachadas te ahorran miradas torvas. Dentro de las casas es peor, y no hay que entrar para saberlo: en verano las ventanas aturden con peleas y platos rotos.
Y sin embargo, en Raissa hay a cada momento un niño que desde una ventana ríe a un perro que ha saltado sobre un cobertizo para morder un pedazo de polenta que ha dejado caer un albañil que desde lo alto del andamio exclama: —¡Prenda mía, déjame probar!— a una joven posadera que levanta un plato de estofado bajo la pérgola, contenta de servirlo al paragüero que celebra un buen negocio, una sombrilla de encaje blanco comprada por una gran dama para pavonearse en las carreras, enamorada de un oficial que le ha sonreído al saltar el último seto, feliz él pero más feliz todavía su caballo que volaba sobre los obstáculos viendo volar en el cielo a un francolín, pájaro feliz liberado de la jaula por un pintor feliz de haberlo pintado pluma por pluma, salpicado de rojo y de amarillo, en la miniatura de aquel libro en que el filósofo dice: -También en Raissa, ciudad triste, corre un hilo invisible que enlaza por un instante un ser viviente a otro y se destruye, luego vuelve a tenderse entre puntos en movimiento dibujando nuevas, rápidas figuras de modo que a cada segundo la ciudad infeliz contiene una ciudad feliz que ni siquiera sabe que existe -.
italo calvino

domingo

gran tute




No mires hacia atrás...

No mires hacia atrás: Ya nada queda:
la casa, el sitio, la ciudad, el soto,
escombro, hueco, ripio, humo remoto
o acaso turbia y leve polvareda.

Mira adelante, aunque te retroceda
el ánimo: El futuro no está roto:
si oscuro, intacto; fértil, porque ignoto.
Quiera tu voluntad, tu ánimo pueda.

Pero si te has vendido a las pasadas
sombras; si esclavitud tasó tu precio
en dos o tres monedas sin sonido,

teme a la libertad, pues no eres recio;
teme a tus fuerzas, pues están gastadas;
teme al futuro, pues será tu olvido.


Antonio Carvajal

Instantes

Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años...
y sé que me estoy muriendo.

Jorge Luis Borges

El miedo

Todos me piden que dé saltos,
que tonifique y que futbole,
que corra, que nade y que vuele.
Muy bien.

Todos me aconsejan reposo,
todos me destinan doctores,
mirándome de cierta manera.
Qué pasa?

Todos me aconsejan que viaje,
que entre y que salga, que no viaje,
que me muera y que no me muera.
No importa.

Todos ven las dificultades
de mis vísceras sorprendidas
por radioterribles retratos.
No estoy de acuerdo.

Todos pican mi poesía
con invencibles tenedores
buscando, sin duda, una mosca,
Tengo miedo.

Tengo miedo de todo el mundo,
del agua fría, de la muerte.
Soy como todos los mortales,
inaplazable.

Por eso en estos cortos días
no voy a tomarlos en cuenta,
voy a abrirme y voy a encerrarme
con mi más pérfido enemigo,
yo mismo.


Pablo Neruda

jueves

porvenir

Te llaman porvenir
porque no vienes nunca.
Te llaman: porvenir,
y esperan que tú llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
Pero tú permaneces
más allá de las horas,
agazapado no se sabe dónde.
... Mañana!
Y mañana será otro día tranquilo
un día como hoy, jueves o martes,
cualquier cosa y no eso
que esperamos aún, todavía, siempre.



Ángel Gonzalez

entre destello y destello

La gente dice que me he vuelto loca
porque no uso corbata
ni sombrero. O porque me enamoro
siempre cuando llueve
o hace frío. La gente se ríe
de mi corazón cuando estornudo
cuando lloro o cuando respiro
Pero la verdad es que la gente
detesta mi cara de payaso
asustado. Y sobre todo mi bolsillo
siempre vacío y la oscuridad
en que me muevo entre destello
y destello.


Jacqueline Goldberg

Mr. Tambourine Man

Señor de la pandereta

Eh, Señor de la pandereta,
toca una canción para mí,
no tengo sueño
y no hay sitio a donde pueda ir.
Eh, Señor de la pandereta,
toca un canción para mí,
en la mañana tintineante
te seguiré.

Aunque sé que el imperio de la tarde
se ha vuelto arena
esfumada en mi mano
me ha dejado a ciegas aquí de pie
pero no puedo dormir.
Mi fatiga me sorprende
estoy marcado a mis pies,
a nadie tengo que encontrar
y la antigua calle vacía está
demasiado muerta para soñar

Eh, Señor de la pandereta,
toca una canción para mí,
no tengo sueño
y no hay sitio a donde pueda ir.
Eh, Señor de la pandereta,
toca una canción para mí,
en la mañana tintineante
te seguiré.

Llévame de viaje sobre
tu mágica nave giratoria
mis sentidos han sido despojados
no puedo sentir el apretar de mis manos,
tengo los pies demasiado entumecidos
para andar
sólo me esperan los tacones de mis botas
para errar.
Estoy listo para ir a cualquier lugar
estoy listo para desaparecer
en mi propio desfile,
lánzame al paso de tu hechizo danzante
prometo que me someteré.

Aunque pudieras oir una risa,
girando, dando vueltas locamente
bajo el sol
no se dirige contra nadie,
es sólo escaparse en la huida
y salvo por el cielo
no hay barreras delante.
Y si oyes vagos vestigios
de saltarines tornos de rima
al ritmo de tu pandereta
es sólo un payaso andrajoso
yo no le haría ningún caso
lo que ves es sólo una sombra
que él persigue.

Eh, Señor de la pandereta,
toca una canción para mí,
no tengo sueño
y no hay sitio a donde pueda ir.
Eh, Señor de la pandereta,
toca una canción para mí,
en la mañana tintineante
te seguiré.

Hazme luego desaparecer
tras los anillos de humo de mi mente
bajo las brumosas ruinas del tiempo
más allá de las hojas heladas
de los encantados árboles asustados
fuera de la playa
lejos del funesto alcance
de la loca tristeza.
Sí, a bailar
bajo un cielo de diamantes
ondulando libre una mano
enmarcado por el mar
cercado por las arenas del circo,
con todo recuerdo y destino
profundamente hundidos bajo las olas
déjame que olvide el hoy
hasta mañana.

Eh, Señor de la pandereta,
toca una canción para mí,
no tengo sueño
y no hay sitio a donde pueda ir.
Eh, Señor de la pandereta,
toca una canción para mí,
en la mañana tintineante
te seguiré.


Bob Dylan

miércoles

gran tute


domingo

vueltas y vueltas

Me encierro a menudo
en este rincón,
al principio seguro
pero luego no

Me alejo de todo
y me cuesta salir,
cuando por fin salgo
no sé adónde ir

Y me enredo sola
y no puedo parar
y vueltas y vueltas
vuelvo y vuelvo a dar

Pero yo la busco,
esta soledad
que luego me pesa
y no me deja andar

Como me obsesiona
me pide volver,
no sé qué desea
ni qué debo hacer

Y me enredo sola
y no puedo parar
y vueltas y vueltas
vuelvo y vuelvo a dar

A veces me escapo
antes de rendirme
a su hechizo mágico
que tanto me atrae

y corro a la calle
para encontrar gente
que aparentemente
sabe adónde va

Y me enredo sola y no puedo parar y vueltas y vueltas, vuelvo y vuelvo a dar.

(letra y música: Olga Román)

sábado

mi pequeño fraude de canción

El fraude de una franqueza de cobarde apoltronado en la negrura de aquel martes carcomido entre ratones y un matiz de flores secas. Premura en los abrazos y una locura de lazos te adornan toda la cabeza y alguno de los pensamientos, que vomitas por tu nariz de figurita de madera perdida en un cajón de alguna vida o de algún tren que te conduzca, guiado entre vías y cuadrados amarillos que traspasó los ladrillos de tu ojo del culo; raso entre las velas de aquel navío navegaremos tu y yo amor mío hasta la primera cantina que mi pie disponga, y cantaré una milonga a la salud del vespertino martilleo de la ruina cotidiana que se sienta en la ventana y se suicida, mezquina ofrenda de agrupación sectaria y parricida de caracoles, y tu mundo entre algodones y mi vientre al descubierto, y el celofán rodando por el parquet del chalet de Prada y praderas, campa a sus anchas un lagarto y trepa una enredadera y me bebo limonada, exprimo esta chorrada hasta que se acabe la hoja y mi mano recoja todo el cansancio. Atención! A la imagen de tu labio superior. Qué gusto hay en todo ello!, gimo y sigo, el destello me guía de un lado al otro del papel, cruje a mi lado un laurel oprimido desde aquel Portugal y me siento en mi zaguán y me rasco una ceja que clama al musical engendro que pilota este aire que me agarrota y te impido pensar en arte y te dejo solo mirar si me pagas lo que te lleves y lo guardas como estaba. Un berberecho clava un pino hacia la pared imberbe como mi destino y sutil de llegada silenciosa en la mente golosa de esta esclava que te riñe y té con pastas o café para aclarar el camino ya dispuesto por los vecinos y por tu madre o la madre de alguna que habitan allá en la luna entre vientos de aquelarres que marean al girar sobre ellos y sobre la tarde de este dichoso viernes que pasaré en mi casa y en mi cama. Si cambias de opinión me llamas o compones esta canción.

jueves

ahí me quedo



reclamo mi refugio de serenidad a los pies del Aconcagua ...
Cruz de penitentes al paso del inca.

Ay De Mi Primavera


de Concha Buika y su Niña lola

Sal de aqui por favor, no me mires asi, ahora quiero estar sola. Esta es mi voluntad ya no me haras dudar, no, de mi persona. Ya no quiero saber si me vas a condenar por buscar mi destino. Y si el dia en el que marche me vas a enredar como siempre pa' que no haga camino. Ay de mi primavera quien me devolviera lo que yo era, lo que yo era, lo que yo era, ay .... Lento, para encontrar un nuevo camino lento, lento, lento como yo. Mi futuro es mentira, el pasado me pesa y me sobra, si por el miedo ahora callo yo se que me arde la boca y no debo callar porque voy buscando un camino lento, yo voy bucando un camino lento, yo voy buscando, buscandote, buscandome y buscandote en el ...

el gran tute

el gran tute
y la vida al desnudo