sábado

mi pequeño fraude de canción

El fraude de una franqueza de cobarde apoltronado en la negrura de aquel martes carcomido entre ratones y un matiz de flores secas. Premura en los abrazos y una locura de lazos te adornan toda la cabeza y alguno de los pensamientos, que vomitas por tu nariz de figurita de madera perdida en un cajón de alguna vida o de algún tren que te conduzca, guiado entre vías y cuadrados amarillos que traspasó los ladrillos de tu ojo del culo; raso entre las velas de aquel navío navegaremos tu y yo amor mío hasta la primera cantina que mi pie disponga, y cantaré una milonga a la salud del vespertino martilleo de la ruina cotidiana que se sienta en la ventana y se suicida, mezquina ofrenda de agrupación sectaria y parricida de caracoles, y tu mundo entre algodones y mi vientre al descubierto, y el celofán rodando por el parquet del chalet de Prada y praderas, campa a sus anchas un lagarto y trepa una enredadera y me bebo limonada, exprimo esta chorrada hasta que se acabe la hoja y mi mano recoja todo el cansancio. Atención! A la imagen de tu labio superior. Qué gusto hay en todo ello!, gimo y sigo, el destello me guía de un lado al otro del papel, cruje a mi lado un laurel oprimido desde aquel Portugal y me siento en mi zaguán y me rasco una ceja que clama al musical engendro que pilota este aire que me agarrota y te impido pensar en arte y te dejo solo mirar si me pagas lo que te lleves y lo guardas como estaba. Un berberecho clava un pino hacia la pared imberbe como mi destino y sutil de llegada silenciosa en la mente golosa de esta esclava que te riñe y té con pastas o café para aclarar el camino ya dispuesto por los vecinos y por tu madre o la madre de alguna que habitan allá en la luna entre vientos de aquelarres que marean al girar sobre ellos y sobre la tarde de este dichoso viernes que pasaré en mi casa y en mi cama. Si cambias de opinión me llamas o compones esta canción.

el gran tute

el gran tute
y la vida al desnudo