viernes

sacúdanse las pelucas!!!

rooooolling !!!

rooooolling !!! . . .

sábado

martes

un roto


lunes

Hay que soltar la mano y que el deseo nos guíe!!!


visionario Boullée cenotafio de newton
...hace el día en la noche y la noche en el día.

jueves

cobro revertido



Primer movimiento: El sueño

No hay nada en el espejo
y persigo mis reflejos

igual que en los sueños.

De andar desorientado
voy cayendo en picado;
es igual que un mal sueño.

La vida es roja si te vas
y me derrota igual
que en los sueños,

y olvido y ya no sé qué hacer,
no dejo de correr,
como en sueños.

Te estaba dando un beso
y mis labios no eran esos,
igual que un mal sueño.

La gente está que trina
y la letra se me olvida;
es igual que en mi sueño.

La vida es roja si te vas
y me derrota igual
que en los sueños,

y olvido y ya no sé qué hacer,
no dejo de correr,
como en sueños.

Si no te vuelvo a ver,
no quiero despertar;
la realidad no me abandona.

Busco un mundo mejor
y escarbo en un cajón
por si aparece entre mis cosas.

Buscando mi destino,
viviendo en diferido
sin ser, ni oír, ni dar.

Y a cobro revertido
quisiera hablar contigo,
y así sintonizar.

No hay día que me levante
y no haya muertos delante,
es peor que un mal sueño.

Hoy han dicho en la tele
que han muerto tres mujeres
y que han sido ellos;

que un hombre-bomba entró en un bar
dispuesto a dialogar
con sus muertos;

que bombardean una ciudad
y algo ha salido mal.
Por supuesto.

Una bomba inteligente
ha matado al presidente;
pensó que era bueno.

Y dicen por la tele
que han muerto más mujeres
y que han sido ellos.

La vida es roja si te vas
y me derrota igual
que en los sueños,

y olvido y ya no sé qué hacer,
no dejo de correr,
como en sueños.

Si no te vuelvo a ver,
no quiero despertar;
la realidad no me abandona.

Busco un mundo mejor
y escarbo en un cajón
por si aparece entre mis cosas.

Buscando mi destino,
viviendo en diferido
sin ser, ni oír, ni dar.

Y a cobro revertido
quisiera hablar contigo,
y así sintonizar.

miércoles

sección: tú que verías hoy VI

Las habrá más poéticas, las habrá más románticas, con mejores actores,...pero creo que pocas consiguen aunar todo en equilibrio.

Película que apela como pocas a la justicia moral, al equilibrio que es la belleza, su busqueda, la belleza del poema y el sentimiento que en él se aloja, ..., la belleza de la vida y lo digno de vivirla

Pero cantar,
soñar,
reír,
vivir,
estar solo,
ser libre.
Tener el ojo avizor,
la voz que vibre.
Ponerme por sombrero el universo por un si o por un no,
batirme, o hacer un verso.
Despreciar con valor la gloria y la fortuna,
viajar con la imaginación, a la luna,
solo al que vale reconocer sus méritos,
no pagar jamás por favores pretéritos,
renunciar para siempre a cadenas y protocolos,
no viajar muy lejos, pero solo...



quien tuviera siquiera la capa de Cyrano...

martes

lunes

alegría! alegría!

en cuanto me enfundo los pitillo azules radioactivo...

puf! un no parar...no os pasa?

sábado

discurso íntegro

"Si todavía queda alguien por ahí que aún duda de que Estados Unidos es un lugar donde todo es posible, quien todavía se pregunta si el sueño de nuestros fundadores sigue vivo en nuestros tiempos, quien todavía cuestiona la fuerza de nuestra democracia, esta noche es su respuesta.

Es la respuesta dada por las colas que se extendieron alrededor de escuelas e iglesias en un número cómo esta nación jamás ha visto, por las personas que esperaron tres horas y cuatro horas, muchas de ellas por primera vez en sus vidas, porque creían que esta vez tenía que ser distinta, y que sus voces podrían suponer esa diferencia.

Es la respuesta pronunciada por los jóvenes y los ancianos, ricos y pobres, demócratas y republicanos, negros, blancos, hispanos, indígenas, homosexuales, heterosexuales, discapacitados o no discapacitados. Estadounidenses que transmitieron al mundo el mensaje de que nunca hemos sido simplemente una colección de individuos ni una colección de estados rojos y estados azules.

Somos, y siempre seremos, los Estados Unidos de América.

Es la respuesta que condujo a aquellos que durante tanto tiempo han sido aconsejados a ser escépticos y temerosos y dudosos sobre lo que podemos lograr, a poner manos al arco de la Historia y torcerlo una vez más hacia la esperanza en un día mejor.

Ha tardado tiempo en llegar, pero esta noche, debido a lo que hicimos en esta fecha, en estas elecciones, en este momento decisivo, el cambio ha venido a Estados Unidos.

Esta noche, recibí una llamada extraordinariamente cortés del senador McCain.

El senador McCain luchó larga y duramente en esta campaña. Y ha luchado aún más larga y duramente por el país que ama. Ha aguantado sacrificios por Estados Unidos que no podemos ni imaginar. Todos nos hemos beneficiado del servicio prestado por este líder valiente y abnegado.

Le felicito; felicito a la gobernadora Palin por todo lo que han logrado. Y estoy deseando colaborar con ellos para renovar la promesa de esa nación durante los próximos meses.

Quiero agradecer a mi socio en este viaje, un hombre que hizo campaña desde el corazón, e hizo de portavoz de los hombres y las mujeres con quienes se crío en las calles de Scranton y con quienes viajaba en tren de vuelta a su casa en Delaware, el vicepresidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden.

Y no estaría aquí esta noche sin el respaldo infatigable de mi mejor amiga durante los últimos 16 años, la piedra de nuestra familia, el amor de mi vida, la próxima primera dama de la nación, Michelle Obama.

Sasha y Malia, os quiero a las dos más de lo que podéis imaginar. Y os habéis ganado el nuevo cachorro que nos acompañará hasta la nueva Casa Blanca.

Y aunque ya no está con nosotros, sé que mi abuela nos está viendo, junto con la familia que hizo de mí lo que soy. Los echo en falta esta noche. Sé que mi deuda para con ellos es incalculable.

A mi hermana Maya, mi hermana Alma, al resto de mis hermanos y hermanas, muchísimas gracias por todo el respaldo que me habéis aportado. Estoy agradecido a todos vosotros. Y a mi director de campaña, David Plouffe, el héroe no reconocido de esta campaña, quien construyó la mejor, la mejor campaña política, creo, en la Historia de los Estados Unidos de América.

A mi estratega en jefe, David Axelrod, quien ha sido un socio mío a cada paso del camino.

Al mejor equipo de campaña que se ha compuesto en la historia de la política. Vosotros hicisteis realidad esto, y estoy agradecido para siempre por lo que habéis sacrificado para lograrlo.

Pero sobre todo, no olvidaré a quién pertenece de verdad esta victoria. Os pertenece a vosotros. Os pertenece a vosotros.

Nunca parecí el aspirante a este cargo con más posibilidades. No comenzamos con mucho dinero ni con muchos avales. Nuestra campaña no fue ideada en los pasillos de Washington. Se inició en los jardines traseros de Des Moines y en los cuartos de estar de Concord y en los porches de Charleston. Fue construida por los trabajadores y las trabajadoras que recurrieron a los pocos ahorros que tenían para donar a la causa cinco dólares y diez dólares y veinte dólares.

Adquirió fuerza de los jóvenes que rechazaron el mito de la apatía de su generación, que dejaron atrás sus casas y sus familiares para hacer trabajos que les procuraron poco dinero y menos sueño.

Adquirió fuerza de las personas no tan jóvenes que hicieron frente al gélido frío y el ardiente calor para llamar a las puertas de desconocidos y de los millones de estadounidenses que se ofrecieron voluntarios y organizaron y demostraron que, más de dos siglos después, un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no se ha desvanecido de la Tierra.

Esta es vuestra victoria.

Y sé que no lo hicisteis solo para ganar unas elecciones. Y sé que no lo hicisteis por mí.

Lo hicisteis porque entendéis la magnitud de la tarea que queda por delante. Mientras celebramos esta noche, sabemos que los retos que nos traerá el día de mañana son los mayores de nuestras vidas --dos guerras, un planeta en peligro, la peor crisis financiera desde hace un siglo--.

Mientras estamos aquí esta noche, sabemos que hay estadounidenses valientes que se despiertan en los desiertos de Irak y las montañas de Afganistán para jugarse la vida por nosotros.

Hay madres y padres que se quedarán desvelados en la cama después de que los niños se hayan dormido y se preguntarán cómo pagarán la hipoteca o las facturas médicas o ahorrar lo suficiente para la educación universitaria de sus hijos.

Hay nueva energía por aprovechar, nuevos puestos de trabajo por crear, nuevas escuelas por construir, y amenazas por contestar, alianzas por reparar.

El camino por delante será largo. La subida será empinada. Puede que no lleguemos en un año ni en un mandato. Sin embargo, Estados Unidos, nunca he estado tan esperanzado como estoy esta noche de que llegaremos. Os prometo que, nosotros, como pueblo, llegaremos.

Habrá percances y comienzos en falso. Hay muchos que no estarán de acuerdo con cada decisión o política mía cuando sea presidente. Y sabemos que el gobierno no puede solucionar todos los problemas.

Pero siempre seré sincero con vosotros sobre los retos que nos afrontan. Os escucharé, sobre todo cuando discrepamos. Y sobre todo, os pediré que participéis en la labor de reconstruir esta nación, de la única forma en que se ha hecho en Estados Unidos durante 221 años bloque por bloque, ladrillo por ladrillo, mano encallecida sobre mano encallecida.

Lo que comenzó hace 21 meses en pleno invierno no puede terminar en esta noche otoñal.

Esta victoria en sí misma no es el cambio que buscamos. Es sólo la oportunidad para que hagamos ese cambio. Y eso no puede suceder si volvemos a como era antes. No puede suceder sin vosotros, sin un nuevo espíritu de sacrificio.

Así que hagamos un llamamiento a un nuevo espíritu del patriotismo, de responsabilidad, en que cada uno echa una mano y trabaja más y se preocupa no sólo de nosotros mismos sino el uno del otro.

Recordemos que, si esta crisis financiera nos ha enseñado algo, es que no puede haber un Wall Street (sector financiero) próspero mientras que Main Street (los comercios de a pie) sufren.

En este país, avanzamos o fracasamos como una sola nación, como un solo pueblo. Resistamos la tentación de recaer en el partidismo y mezquindad e inmadurez que han intoxicado nuestra vida política desde hace tanto tiempo.

Recordemos que fue un hombre de este estado quien llevó por primera vez a la Casa Blanca la bandera del Partido Republicano, un partido fundado sobre los valores de la autosuficiencia y la libertad del individuo y la unidad nacional.

Esos son valores que todos compartimos. Y mientras que el Partido Demócrata ha logrado una gran victoria esta noche, lo hacemos con cierta humildad y la decisión de curar las divisiones que han impedido nuestro progreso.

Como dijo Lincoln a una nación mucho más dividida que la nuestra, no somos enemigos sino amigos. Aunque las pasiones los hayan puesto bajo tensión, no deben romper nuestros lazos de afecto.

Y a aquellos estadounidense cuyo respaldo me queda por ganar, puede que no haya obtenido vuestro voto esta noche, pero escucho vuestras voces. Necesito vuestra ayuda. Y seré vuestro presidente, también.

Y a todos aquellos que nos ven esta noche desde más allá de nuestras costas, desde parlamentos y palacios, a aquellos que se juntan alrededor de las radios en los rincones olvidados del mundo, nuestras historias son diversas, pero nuestro destino es compartido, y llega un nuevo amanecer de liderazgo estadounidense.

A aquellos, a aquellos que derrumbarían al mundo: os vamos a vencer. A aquellos que buscan la paz y la seguridad: os apoyamos. Y a aquellos que se preguntan si el faro de Estados Unidos todavía ilumina tan fuertemente: esta noche hemos demostrado una vez más que la fuerza auténtica de nuestra nación procede no del poderío de nuestras armas ni de la magnitud de nuestra riqueza sino del poder duradero de nuestros ideales; la democracia, la libertad, la oportunidad y la esperanza firme.

Allí está la verdadera genialidad de Estados Unidos: que Estados Unidos puede cambiar. Nuestra unión se puede perfeccionar. Lo que ya hemos logrado nos da esperanza con respecto a lo que podemos y tenemos que lograr mañana.

Estas elecciones contaron con muchas primicias y muchas historias que se contarán durante siglos. Pero una que tengo en mente esta noche trata de una mujer que emitió su papeleta en Atlanta. Ella se parece mucho a otros que guardaron cola para hacer oír su voz en estas elecciones, salvo por una cosa: Ann Nixon Cooper tiene 106 años.

Nació solo una generación después de la esclavitud; en una era en que no había automóviles por las carreteras ni aviones por los cielos; cuando alguien como ella no podía votar por dos razones -porque era mujer y por el color de su piel. Y esta noche, pienso en todo lo que ella ha visto durante su siglo en Estados Unidos- la desolación y la esperanza, la lucha y el progreso; las veces que nos dijeron que no podíamos y la gente que se esforzó por continuar adelante con ese credo estadounidense: Sí podemos. En tiempos en que las voces de las mujeres fueron acalladas y sus esperanzas descartadas, ella sobrevivió para verlas levantarse, expresarse y alargar la mano hacia la papeleta. Sí podemos. Cuando había desesperación y una depresión a lo largo del país, ella vio cómo una nación conquistó el propio miedo con un nuevo acuerdo (New Deal), nuevos empleos y un nuevo sentido de propósitos comunes. Sí podemos.

Cuando las bombas cayeron sobre nuestro puerto y la tiranía amenazó al mundo, ella estaba allí para ser testigo de cómo una generación respondió con grandeza y la democracia fue salvada. Sí podemos.

Ella estaba allí para los autobuses de Montgomery, las mangas de riego en Birmingham, un puente en Selma y un predicador de Atlanta que dijo a un pueblo: "Lo superaremos". Sí podemos.

Un hombre llegó a la luna, un muro cayó en Berlín y un mundo se interconectó a través de nuestra ciencia e imaginación.

Y este año, en estas elecciones, ella tocó una pantalla con el dedo y votó, porque después de 106 años en Estados Unidos, durante los tiempos mejores y las horas más negras, ella sabe cómo Estados Unidos puede cambiar.

Sí podemos.

Estados Unidos, hemos avanzado mucho. Hemos visto mucho. Pero queda mucho más por hacer. Así que, esta noche, preguntémonos -si nuestros hijos viven hasta ver el próximo siglo, si mis hijas tienen tanta suerte como para vivir tanto tiempo como Ann Nixon Cooper, ¿qué cambio verán? ¿Qué progreso habremos hecho?.

Esta es nuestra oportunidad de responder a ese llamamiento. Este es nuestro momento.

Estos son nuestros tiempos, para dar empleo a nuestro pueblo y abrir las puertas de la oportunidad para nuestros pequeños; para restaurar la prosperidad y fomentar la causa de la paz; para recuperar el sueño americano y reafirmar esa verdad fundamental, que, de muchos, somos uno; que mientras respiremos tenemos esperanza. Y donde nos encontramos con escepticismo y dudas y aquellos que nos dicen que no podemos, contestaremos con ese credo eterno que resume el espíritu de un pueblo: Sí podemos.

Gracias. Que Dios os bendiga. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América."

jueves

noche de salto base

la noche comienza como si tal cosa....
Llevo toda la semana tocándome el bolo, básicamente. Y llevo sabiendo que tengo esta entrega desde los mismísimos comienzos ( o anales...como prefieran )de este festival de subes y bajas que viene a ser el cuatrimestre estudiantil de cualquier veterano pseudo arquitecto. Por los mismísimos ovarios me llevo pasando esta entrega bastante tiempo...vamos, todo el tiempo...y ha llegado el momento...LA CONTRARELOJ...

Cual Indurain que se precie me he ido cargando de infortunios y desavenencia durante días...he procurado faltar a clase de vez en cuando, pasar de las evidencias académicas como la plausible falta de interés, no he peloteado en absoluto a la profesora ( pipiolilla la pobre y por lo tanto manipulable )...en fin...me he lucido...generándome una ulcera física y mental que viene a eclosionar cual huevo cósmico en esta noche que nos atañe...

Es fundamental amigos míos, en toda noche histérica de entrega, un previo de faltar a clase el día antes para hacer aquello que, al final, no haces y darte al tricotaje, revisado del correo, visitas a blogs amigos, visualización de capítulos de series atrasados y revoloteos varios e indispensables, necesarios para recrecimiento y regocijo de esa ulcera interior antes mencionada..que ya por su tamaño y estatus familiar adquirido podremos y deberemos empadronar...a la mía la llamaremos, evitando aludidos; FLOP!

No puede faltar, por descontado, una alimentación deficiente...rica en " lo que pille " y escasa en " lo que deba "...cuarto desordenado como nunca...en fin....Además obviamente, me dirijo ahora a vosotros y vosotras...coquetos mios...ese día llevaremos esa ropa horribilis. Direis, - Y eso qué?- y yo os respondo...-Qué de qué??...Aquí todo influye y condiciona.

Pues eso...en tal ambiente comienzo esto y aquello...
Cuidao! en un ataque de conciencia pepitogrillil cogí no hace mucho un par de libros de la biblio...fundamentales!. Su misión es ctuar, si se da el caso, como psicotrópico conciliador de sueño, en momentos de arrepentimiento o ataques de un flop cachondón.

Así pues, mi amiga úlcera y yo comenzamos el viaje ...

Paso 1: encendida de pc ... escarceos en messenger y facebook y posterior cerrado o no conectamiento manteniendo conectado, no obstante, el rabillo del ojo.

Paso 2: búsqueda de comprensión y ánimo. En este caso y por la hora (3:16 horas )se encuentra en amigos más al oeste, transoceánicos, que desde la sabiduría de la experiencia nos apartan del revoloteo de trabajador de concentración promiscua y nos instan a iniciarnos en el arte del fugaz trabajo.

Paso 3: el meollo ... en ello estoy ... y por ello escribo esto ... para evadirme una vez más.

Así es...es el proceso...Flop y yo nos despedimos ... ahora que la conocéis no dudéis en saludarla si la veis por la calle...

De vuestra amiga y vecina ... una de tantas noches de salto base.

( Pdt: quien dice noche dice día...y viceversa)



domingo

periódico

Crisis económica y crisis ideológica
JOSÉ BLANCO 01/11/2008

El Partido Popular distribuye estos días entre sus militantes un argumentario para que aborden sin complejos -como le gusta decir a Aznar- el debate ideológico sobre la crisis. En él pueden leerse perlas como ésta: "Lo que ha fallado no son los mecanismos del mercado, sino las instituciones reguladoras y de control de las políticas monetarias. Es decir, que el fallo ha sido de los burócratas y de los políticos", lo cual, dicho desde un partido político, resulta a su vez ideológicamente revelador.

No será tan cierto cuando dirigentes tan poco sospechosos de izquierdismo como Sarkozy van por el mundo pregonando que hay que "refundar el capitalismo", nada menos. Y que todos los dirigentes del mundo, incluidos los dos candidatos a la Presidencia de Estados Unidos, coinciden en la necesidad de establecer un nuevo orden económico global. Claro, que son sólo políticos... Por lo que se ve, los del PP que han redactado este argumentario no son políticos, y mucho menos burócratas: son almas celestiales, soldados de la verdad revelada del sacrosanto libre y ciego mercado.

Nuestra carpetovetónica derecha siempre se ha distinguido por ser más papista que el Papa. Por eso alecciona a los suyos para que repitan sin rubor cosas como ésta, que también puede leerse en el argumentario de marras: "Se ha demostrado que es la intervención -no la liberalización- la que ha provocado la crisis".

Toma ésa y vuelve a por otra, que diría un castizo. La opinión pública universal, sin duda engañada por la propaganda socialista, está convencida de que la intervención concertada de los gobiernos es lo que ha salvado in extremis al sistema financiero internacional de una catástrofe causada por el descontrol en el que ha vivido durante años. Eso creíamos todos.

¿Todos? No, los agudos analistas del PP, reserva espiritual de Occidente y últimos resistentes -cual aldea gala- de las ideas verdaderas, saben muy bien que todo ha sucedido exactamente al contrario: que quien ha producido la crisis que ha estado a punto de llevarse por delante la economía mundial ha sido precisamente la intervención de los gobiernos, y quien nos conducirá a la tierra prometida de la prosperidad es la liberación de toda clase de reglas para los mercados -y sólo para los mercados, ojo, que una cosa es la libertad y otra el libertinaje-.

Otro pelo les luciría a los Bush y Paulson, Sarkozy, Merkel y Trichet si siguieran las sabias indicaciones de la cátedra del profesor Montoro y de la doctora Aguirre en lugar de dejarse seducir por los cantos de sirena de la insidiosa izquierda intervencionista.

Bueno, al menos estamos de acuerdo en algo esencial: que la naturaleza de la crisis que estamos viviendo no plantea exclusivamente un debate técnico de medidas económicas, sino un debate de fondo con importantes derivaciones ideológicas.

Porque no estamos ante una crisis convencional que pueda explicarse con la teoría de los ciclos económicos: no se trata simplemente de que hayamos entrado en la fase baja del ciclo y que sólo tengamos que capear el temporal hasta regresar a la fase alta.

Estamos ante la crisis terminal de un modelo económico; y también de la base ideológica sobre la que ese modelo se ha sustentado. La democracia ha triunfado sobre las alternativas totalitarias que se le opusieron en el siglo XX -el comunismo y el fascismo- no sólo por su superioridad moral, sino porque ha demostrado ser el único sistema político capaz de gestionar la modernidad de forma eficiente.

Las economías dirigidas por el Estado se desplomaron no sólo por ser incompatibles con la libertad, sino por su propia ineficiencia esencial. Y ahora le ha llegado el turno a otro fundamentalismo: el de la supremacía absoluta del mercado desregulado sobre cualquier otro principio social o político de organización de la vida en sociedad. No sólo es inmoral, es que, como todo lo que camina a ciegas, ha terminado encontrando el camino del precipicio.

Dicen que quien se arroja desde el piso 80 de un edificio tiene 79 pisos para creer que está volando. Eso les ha ocurrido a los doctrinarios del mercado infalible: que creían volar cuando en realidad se estaban -y nos estaban- despeñando.

Los neoconservadores del ala más dura tratan ahora de salvar los muebles del dogma derrumbado argumentando que sólo se ha hecho una mala aplicación de unos buenos principios. Pero como en todos los casos anteriores, el problema no ha estado en la aplicación de los principios, sino en los principios mismos.

No es verdad, y nunca lo ha sido, que los mercados financieros, dejados a su propia inercia, sean capaces de corregirse y equilibrarse a sí mismos, sino al contrario: cuando carecen de todo control y de toda regulación, los mercados son capaces de desestabilizarse a sí mismos y desestabilizar a todo el sistema económico.

No es verdad, y nunca lo ha sido, que estimular el enriquecimiento ilimitado de unos pocos termine beneficiando al conjunto, sino al contrario: cuando se pretende convertir la codicia sin freno en el motor de la sociedad, el desastre colectivo está asegurado. Se ha querido transformar la economía de mercado en una economía para el mercado. No la sociedad gobernando al mercado, sino el mercado gobernando a la sociedad.

La asociación del pensamiento reaccionario en política con el anarcoliberalismo económico -esa es la fórmula neocon- ha resultado ser una mezcla explosiva. Y mientras pagamos la dolorosa factura de esta alucinación ideológica, sabemos que ya nada volverá a ser igual.

Todos tenemos mucho que revisar en nuestros enfoques y mucho más que innovar en nuestras soluciones. Pero hoy volvemos los ojos al pacto socialdemócrata que dio lugar en la vieja Europa a la forma de organización política y social más civilizada que ha conocido la humanidad; y sabemos al menos que sigue siendo una linterna útil con la que alumbrar el incierto futuro.

el gran tute

el gran tute
y la vida al desnudo