Una especia de ira moribunda
me sazona este miércoles insólito.
El antojo que tienes en la espalda
se anudó al rabillo de mi ojo.
Voy dejando un hilo que mi falda desprecia;
me acojono.
Cuento hasta mil y me llevo una,
pienso en tomar medidas a esta luna
de diámetro catastrófico. Parto de cero
me consumo. Alrededor
solo hay humo y alguna crápula
que me adula.
Yo solo siento miedo.
Si vuelvo a pasar
te tiro algo.
Mi falso Sabina, mi Silvio,
mi Aute de pieles travestidas.
La ilusión tiene un Metro de largo.
Y de fondo; una salida más fácil,
menos alerta a mi cuerpo y más,
a una mentira de comida caliente y manta menguante.
De ancho,
un céntimo trásfugo de cualquier bolsillo suicida.
Un aporte comprensivo
a la miseria de cobre y platino.
Para andar mi destino a alguna espalda
le han debido arrancar el tiempo.
Poemas absurdos y acordes de jueves.
A veces me aturde mirar
los rieles que me transportan
hacia arriba. A ratos
comparo los trapos y a ratos las vidas.
Cerrando puertas, abriendo heridas.