Leo en el metro Hermann Hesse. Cito: " Una insignificancia basta, y surge la chispa".
Freno a mi lobo estepario y, mientras me abandono en el vacío, se me cruza una niña en el camino de mis ojos hacia el suelo. Se llena el espacio con los ensayos de un sudamericano y su música de calderilla.
-Va a venir lleno Marisa, así que tienes que pegarte mucho a mí - dice una madre a su hija.
Ella no lo entiende pero se acerca temerosa a una mirada maternal preocupada y alerta.
Metro retiro. Buen nombre en un día de poco sofá y menos neurona. Mucha música de bongos y alguna oferta tentadora.
A pesar de todo preferí retirarme.
Al llegar a la puerta de la galería llama mi padre. Plan B y en el horizonte unos 20 ó 30 minutos de intempesta espera. Observo.
Me camuflo en la lectura y apunto las reacciones de la gente ante una galería expuesta al reojo furtivo.
Pasean cuatro chavales salidos de un centro escolar cercano y se paran. El cabecilla pavonea:
- Ves tío!. Haces una foto así de grande que vale una pasta y ¡ya está!. Eso es arte. - Los cuatro prosiguen su rumbo.
Las piezas despreciadas por el pavezno son unos óleos hiperrealistas de cuidada elaboración que, al menos, merecen el respeto de lo desconocido y jamás explorado. Copias de fotografías previas que hizo el autor a una panda de colegas con un tanga en la cabeza ( tanga de procedencia y castidad no revelada).
Dejemos volar la imaginación...quizás fue el desenlace de una juerga máxima de intensidad y mínima de ropa. No pensaremos pues la triste versión de la pose opaca y fingida frente al amigo farandulero y plasta.
El caso es que confundió hel-arte con morirse de frio y se tendió nuevamente a la enseñanza de la tele frente a la experiencia propia. Mucho cliche y poca vida. Nunca mejor dicho: Prueba y verás!.
Paran dos hombres mayores.
- Pues por un lado...los colores - resuena en la calle y prosigue - Pero...resulta una fotografía...¡Venga! ¿Entramos? -
Siempre se piensa que hay que sentir algo ante todo lo llamado "arte" y que ese algo debe corresponder con lo que aparece en revistas o con lo que nos soplan " los que saben ". Pienso que una de las cosas más maravillosas de toda expresión artística es su libertad. Libertad de creación y de interpretación. Lo fantástico es el debate, las posiciones enfrentadas y los puntos de encuentro...Lo que cada uno crea estará bien pues nadie te puede negar aquello que sientes.
Varios individuos y parejas se paran a ratos y miran. Se alejan cuando creen comprender algo o cuando se rinden.
Un hombre fotografía desde el cristal de la calle un cuadro de un tipo borracho con una braga de encaje en la cabeza.
La exposición estuvo bien. Había bastante gente. Todo un éxito. ¿Se premiaba lo peculiar o lo galante ?
En casa, lo de siempre. Acabó mi retiro.
