lunes

p f c

He decidido casarme. Y además voy a hacer una ceremonia por todo lo alto.
Ya lo saben mis padres y mis amigos, ahora es momento de que lo sepáis todos vosotros.

Llevo saliendo con ella unos diez años; ha sido un noviazgo largo y en ocasiones truculento. Aunque debo deciros que creo haberme enamorado de ella mucho antes de conocerla realmente, casi sin darme cuenta, y estoy segura de que aún me queda mucho camino por recorrer a su lado.
Muchos de mis recuerdos de infancia son con ella de la mano; aún no salíamos pero jugábamos juntas. Su familia era amiga de mi familia ... Con el paso del tiempo, y la madurez, me decidí a invitarle a tomar algo, a dar una vuelta y a charlar, que me hablase de sus orígenes, de su cultura, de la gente que conocía, de su luz interior, de la materia con la que trabaja, de la magia que crea algunas veces en los corazones de algunos, de lo que alberga ... Hemos vivido diez años codo con codo las mieles y calamidades del mundo. Ella siempre estuvo ahí.

Ahora, la decisión está tomada. Conozco lo suficiente como para querer pasar la vida en su compañía. Nos vamos de boda!. Y como en toda ceremonia de postín voy a necesitar tres cosas fundamentales: algo viejo, algo prestado y algo que me dé suerte.

En mi caso, un montón de viejos me acompañan.
Mis viejos amigos, mis viejos, mis abuelos, mis viejos profesores, mis viejos miedos y batallas, obsesiones, referentes y sueños. Mis viejos LP's, mis viejos clásicos, mis viejas costumbres creativo-noctámbulas. Mi pobre vieja y cansada espalda y mis viejos compañeros de clase imaginarios; citaré solo dos por hoy. Franky y su jodida costumbre de adelantar acontecimientos a base de preciosistas láminas de minuciosidad pensil cuya belleza se alcanza superado ya el equilibrio técnico y programático.
Y mi otro pobre y viejo compañero: la conciencia colectiva de los anónimos; el saber popular. La persiana y el balcón castellano, la contraventana, la fresquera, la galería, el zaguán, la luz difusa, el porche y el abuhardillado, la cámara ...

Además, necesito algo prestado; el tiempo.
Debo prestarle el tiempo que antes me reservaba. Gran parte del tiempo que gustosa concedía a amigos y familiares, el tiempo que dedicaba a pensar y a digerir, todo el tiempo que antes tenía para hacer planes, todo el tiempo resolutivo de mi vida.

Por último, para que esta ceremonia sea un éxito, como en todo acontecimiento puntual, se necesita algo de suerte.
.
.
.
.
Y bueno, en este momento, os pido que me acompañeis. ¡Soñemos despiertos!.

Ya se ha celebrado la ceremonia. Ya estoy casada con mi amor de más tiempo. Ya me he casado con la Arquitectura.
Una dama esquiva y poderosa. Compleja y, en estos tiempos, acomplejada.
Una vieja dama enferma aquejada del mundo que, de motu propia y por encargo, ella misma construyó. Un mundo que ya no la quiere bien. Esa dama cansada.
Dama cansada, ávida de dar el grito mortal que conduzca a la humanidad hacia la quimérica cueva; mínima, científica, contundente, fastuosa, de tácita sensibilidad natural, ...desde donde reponer fuerzas para seguir la lucha del mundo.
Esa única lucha que en la vida humana no halla victoria ni respuesta.

-
-

el gran tute

el gran tute
y la vida al desnudo