XIV
Nunca traces tu frontera,
ni cuides de tu perfil;
todo eso es cosa de fuera.
XV
Busca a tu complementario,
que marcha siempre contigo,
y suele ser tu contrario.
XVII
En mi soledad
he visto cosas muy claras,
que no son verdad.
XXIX
Despertad, cantores:
acaben los ecos,
empiecen las voces.
XXX
Mas no busquéis disonancias;
porque, al fin, nada disuena,
siempre al son que tocan bailan.
XXXI
Luchador superfluo,
ayer lo más noble,
mañana lo más plebeyo.
XXXVI
No es el yo fundamental
eso que busca el poeta,
sino el tú esencial.
XL
Los ojos por que suspiras,
sábelo bien,
los ojos en que te miras
son ojos porque te ven.
XLVIII
Será el peor de los malos
bribón que olvide
su vocación de diablo.
LXIX
¿Dijiste media verdad?
Dirán que mientes dos veces
si dices la otra mitad
LI
Demos tiempo al tiempo:
para que el vaso rebose
hay que llenarlo primero.
LII
Hora de mi corazón:
la hora de una esperanza
y una desesperación.
LIII
Tras el vivir y el soñar,
está lo que más importa:
despertar.
LXVI
Poned atención:
un corazón solitario
no es un corazón.
LXVIII
Todo necio
confunde valor y precio.
LXXXV
¿Tu verdad? No, la Verdad,
y ven conmigo a buscarla.
La tuya, guárdatela.