sábado

uno se encuentra a otro

-Y, ¿Qué tal la vida? -

Bueno, muchas miradas se fueron de mi lado,
paseaban, caminos más llanos.
No habían encontrado piedras, dijeron.

-Y, ¿Por eso estas sola? -

No, estoy sola porque no,
no me arrepiento de nada.
No se hacerlo.
Me quiero demasiado y eso,
es un mal hábito, no se presta
a esta, nuestra sociedad de consumo.

- Y, ¿La salud? -

Bueno, siempre soñé con el cuerpo
lo que no fui capaz de hacer con la cabeza.
Al tiempo, la imaginación pasa
una amarga factura.

- Y, ¿La familia? -

Pues ahí andan, con lo puesto;
piden y gastan cariño
a tortazos con la predisposición
natural de la vida a no regalarte
ni un dulce. Ni tan siquiera un fútil agridulce.
A veces, siempre pagando
por la totalidad de las preguntas.

- Y, no se, ¿Tu día favorito?.
No me lo digas, ¡ los viernes !
Las fiestas, la llegada del fin de semana ... -

Mmm ... Prefiero, sin duda, las últimas horas
de la obtusa noche del domingo;
Cuando todo está aún por decir.

- Bueno, ¿Y tu color? -

Pues no lo sé, la verdad. No me hagas
este tipo de preguntas. Yo no tengo
color favorito.

Nombrar amarillo, olvidar el azul ultramarino,
decir ese verde silencioso y triste claro dejando pasar
el confortable rojo. Mejor decir negro pues será un no decir,
aunque falso. Solo estas en la ilusión de ese anonimato en camuflaje.
Pasando por su lado desapercibida.

- ¿Y tú?, ¿Cómo estás? -

¡Vaya pregunta más extraña!
Esta búsqueda constante, esta bocanada de ventura,
la dichosa felicidad.
Menudo objetivo más peregrino.

Qué capricho más caro, disponiendo de un tiempo tan agotable.

el gran tute

el gran tute
y la vida al desnudo