Ernst Krener con texto de Rainer Marie Rilke escrito a petición del compositor
II.
Nada más que un hálito es el vacío,
y aquel verde sentimiento
de los árboles hermosos: ¡un hálito!
Nosotros, los todavía inhalados
hoy aún inhalados, contamos
esa lenta respiración de la tierra,
de la que nosotros somos su prisa.