El matiz que define un mundo al que nunca perteneciste,
es un matiz que se te escapa,
como escapan las hojas del aire del otoño.
Nunca sabrás cuán lejos anduviste de lo austero
hasta pararte en el centro mismo en que habita la austeridad.
Desde ahí, y tan siquiera, podrás contemplar la vida de los otros.
No lograrás sentir quebrar una lágrima
mientras no sepas lo pesada que cae cuando soporta la nostalgia
o cuando alimenta el puro deseo insatisfecho.
Pues apenas existió fugaz entre tus brazos, imprevistos,
un equilibrio que postrero secueste mi pecho jadeante de porvenir.
Será el matiz que defina un mundo al que nunca perteneciste
alimento del puro deseo insatisfecho.