lunes

a n i v e r s a r i o

Hoy, estamos de aniversario.
Hace unos días, como sin venir a cuento, empecé a hacer listado de los poemas y escritos varios que he ido acumulando a lo largo de los años.
Mientras iba recopilándolos reparé en que mi primer "poema", lo escribí allá en diciembre de 1991; se llamaba Oda al aro.
Si habéis hecho cuentas, igual que yo las hice, llevo ya 20 años escribiendo. Podría decir "haciendo como que escribo" para quitarle peso a una afirmación, de primeras, tan presuntuosa, pero en realidad, es más cuestión de calidad o gustos que de exactitud en la definición, y se me vienen a la mente las Cartas a un joven poeta de Rilke. Yo escribo por que necesito escribir. De dicha necesidad al hecho consecutivo no hay nada valorable desde fuera.
En estos 20 años, he dado forma a unos 120 poemas, además de otros tantos textos en prosa poética, podríamos decir. Además de los pequeños apuntes, versos sueltos e ideas que he ido acumulando con el tiempo.
Así que, en resumidas cuentas, he dedicado a cuentagotas y terapéuticamente, más años a esto que a casi cualquier otra actividad y diría, que casi cada uno de estos textos mios es síntoma, vacuna o compuesto alucinógeno de cada uno de mis pasos adelante o en falso por la vida.

¡Feliz aniversario!

Oda al aro
diciembre 1991

Viejos,
redondos,
cuadrados.
Enjaulados en una vieja
figura redondeada,
de plata, oro, encobrada,
que pesa y pesa
gira y gira
hasta quedarse en nada.
Viejos, redondos,
que solo guardan figura
en una vieja cintura
de plata.

Paula M.

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