domingo

No sé ... cursi?

Quizá no sean esas las pupilas más azules y tristes que ví en mi vida. Si me fijo no serán ni siquiera azules, bellos ojos que busco en lejanos altares. Más, son ojos cargados de aventura, ojos con criterio y armonía. Me calman. Son maravillosos esos ojos.

No son esas manos, infinitas y angulosas, rítmicas intérpretes de Debbussy, pero ninguna otra mano de entre todas más que esa mece mi alma oscura. Esas manos.

Los paseos. No serán grandes los paseos, grandilocuentes los debates, ni rotundas las réplicas, las discrepancias. Al menos, no siempre lo serán. Pero cada palabra será una falsa certeza, y con ella de la mano, cierto cada silencio y cada risa desesperada de aire. Riguroso y expontaneo cada primoroso llanto, y la riña. No serán los paseos. No caera placentera la hoja de otoño y sudaremos, como todos. Pero se me hace imposible llegar a casa si no paseo y ya no miro de reojo al ver una mesa vacía en un café.

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Quiérame cuanto le plazca. ¡Pero oiga!, ni se le ocurra necesitarme.



el gran tute

el gran tute
y la vida al desnudo