martes

cansancio

Lo que hay en mí es sobre todo cansancio;
no de esto ni de aquello,
ni siquiera de todo o de nada:
cansancio tal cual, en si mismo,
cansancio.

La sutileza de las sensaciones inútiles,
las pasiones violentas por nada,
los amores intensos por lo imaginado en alguien,
todas esas cosas
-éstas y lo que en ellas falta eternamente-;
todo esto hace un cansancio,
este cansancio,
cansancio.

Hay sin duda quien ama lo infinito,
hay sin duda quien desea lo imposible,
hay sin duda quien nunca quiere nada;
tres tipos de idealistas, y yo ninguno de ellos;
porque yo amo infinitamente lo finito,
porque yo deseo imposiblemente lo posible,
porque lo quiero todo, y un poco más si puede ser,
y hasta si no puede ser...

¿ Y el resultado ?
Para ellos la vida vivida o soñada,
para ellos el sueño soñado y vivido,
para ellos la media entre todo y nada; es decir, esto...
Para mí sólo un grande, un profundo
y, ah, con qué felicidad, infecundo cansancio,
un supremísimo cansancio,
ísimo, ísimo, ísimo,
cansancio...

Fernando Pessoa

el gran tute

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y la vida al desnudo